No existen pruebas rápidas y objetivas para detectar el trastorno específico del aprendizaje lector (dislexia), por tanto, el pediatra debe conocer en profundidad los principales síntomas y características asociados a la dislexia en distintas etapas.

En este artículo se propone una herramienta para detectar riesgo de dislexia a diferentes edades, basada en las características esenciales de la dislexia.

Al tratarse de un protocolo no estandarizado, los resultados deben valorarse teniendo presentes los criterios diagnósticos del DSM-5 para los trastornos específicos de aprendizaje.

Esta información permitirá a los pediatras tener una visión más práctica y realista de la dislexia y, por ende, contar con los conocimientos necesarios para detectar riesgo de manera precoz.

En caso de detectar riesgo de dislexia, se insta al pediatra a derivar el caso al especialista encargado de llevar a cabo una valoración psicopedagógica completa.

 

Motivo habitual de consulta: PROBLEMAS DE RENDIMIENTO ESCOLAR.

– Retraso significativo en el aprendizaje de la lectura.

– Bajo desarrollo de la conciencia fonológica y posibles errores de articulación inconsistentes.

– Dificultades para aprender los colores, los números, los días de la semana y otros conceptos espacio-temporales.

– Tarda en aprender a escribir su nombre e invierte letras y números pese a que se le explica y se practica.

– En clase se despista, no sigue el ritmo, parece más inmaduro, no realiza las tareas, olvida actividades y exámenes…

– Aparecen somatizaciones como dolor de cabeza o de barriga para evitar ir al colegio.

– Los resultados académicos son muy bajos aunque trabaja mucho en casa.

 

SEGUIMIENTO

Aunque la detección de riesgo no implica en sí misma un diagnóstico, el seguimiento del caso permitirá determinar si estamos ante una dislexia (trastorno permanente), ante un retraso lector (problema transitorio) o ante otro trastorno, situación o déficit que pueda explicar las dificultades que presenta el escolar.

Si las dificultades persisten, a pesar de aplicar una intervención específica e individualizada, y se demuestra que no existe ninguna otra causa responsable de tales dificultades, lo más probable es que estemos ante una dislexia.

 

APOYOS

Desde que se detecta cierto riesgo es necesario analizar el perfil de dificultades del escolar y reforzar aquellas áreas y aprendizajes que muestren déficits, de manera explícita, individualizada y sistemática.

Además, este abordaje psicopedagógico debe complementarse con las adaptaciones metodológicas que sean necesarias, sobre todo cuando ya se ha generado un desfase significativo entre el nivel lectoescritor del escolar respecto al nivel medio de su grupo.

HERRAMIENTA PARA DETECTAR RIESGO DE DISLEXIA EN PEDIATRÍA