RECOMENDACIONES BÁSICAS PARA HACER LOS DEBERES ESCOLARES CON EL NIÑO/A DISLÉXICO

¿Cómo puedo ayudar a mi hijo/ disléxico a hacer los deberes escolares en casa?

 

Debido a las enormes dificultades que tienen los niños y niñas disléxicos para realizar la carga de deberes escolares que traen cada día a casa, es necesario establecer ciertas rutinas que automaticen este proceso para evitar los conflictos familiares a la hora de hacer los deberes.

 

Para ello proponemos varias pautas fundamentales que deberán adaptarse a cada caso personal.

 

CANTIDAD DE DEBERES

Conseguir que los profesores/as manden una carga razonable de deberes escolares al niño/a disléxico.

En primer lugar tenemos que insistir en el colegio de nuestro hijo/a en que adecuen la cantidad de actividades a sus condiciones.
Un niño/a disléxico tarda dos o tres veces más que los niños sin dislexia en realizar una actividad, lo que provoca que si los niños/as disléxicos llevan excesivos deberes a casa, no podrán realizarlos aprendiendo y asimilando los nuevos contenidos que están trabajando, sino que los harán sin prestarles atención, copiando los enunciados con muchos errores, sin tiempo para que podamos explicarles detenidamente cada duda, agotados para repasar después el tema o estudiar en caso de examen, etc…. Por lo que el objetivo que pretenden los deberes escolares, que es practicar y aprender los contenidos explicados en clase, no se logrará.
Tengamos en cuenta que no es porque estos niños sean más vagos, sino porque necesitan mucho más tiempo para escribir un enunciado, para leer un texto, para comprender un concepto o para asimilar un nuevo aprendizaje.

Crear rutinas de tiempo y espacios: Es imprescindible que el niño/a disléxico tenga claro cuál es el momento del día para realizar los deberes y dónde deberá realizarlos siempre.

EL HORARIO

En primer lugar vamos a establecer el tiempo de estudio, el cual debería darse siempre a la misma hora, marcando unas pausas o descansos.

Ya que cada niño/a llega a una hora distinta a casa, vamos a proponer una rutina que se puede aplicar a cualquier horario.

*  Cuando el niño llega a casa le damos 20 ó 30 minutos para que se relaje, desconecte del colegio, juegue o descanse un poquito.
*  Una vez que ha terminado el tiempo de descanso comienza el tiempo de trabajo, por lo que comenzamos a hacer los deberes. Tras una hora y media o dos horas de trabajo le damos una pausa de 20 minutos para que se despeje, ya que el rendimiento de los niños/as disléxicos baja notablemente a partir de un determinado tiempo de trabajo por la necesidad de recursos cognitivos que tienen que emplear para cualquier tarea básica.
*  En cuanto se acaba el tiempo de descanso nos toca volver al trabajo, así que volvemos a nuestro lugar de trabajo y trabajamos durante una hora y media o dos.

Esta rutina debe ser diaria, si un día no tiene deberes o los termina muy rápido aprovechamos el tiempo de trabajo para el estudio o el repaso, para explicarle algún contenido que no comprende o para hacer alguna tarea específica de mejora de la lectoescritura, de fluidez lectora, de comprensión lectora, de redacción, de conciencia fonológica,  de ortografía….
De igual manera, si hay días en los que  se termina el tiempo de trabajo y siguen quedando deberes, es recomendable que se escriba una nota al profesor/a comentandole que la cantidad de deberes que llevaba el niño/a ha imposibilitado que le diera tiempo a realizarlos todos.
El objetivo principal es que  nuestro hijo/a aprenda y disfrute aprendiendo y el forzarle ha hacer una cantidad de actividades desmesurada, de manera mecánica e irracional, no va a contribuir a que nuestro hijo/a aprenda,  pero si provocará conflictos, desmotivará y agobiará al niño/a, y le abocará  a que deje de esforzarse porque considera que la meta es inalcanzable para é/ella.

Por ejemplo:

«Ana ha salido a las 14:30 del colegio, llega a casa a las 15:00 horas y a las 15:45 ha terminado de comer.
Le damos su tiempo de descanso de las 15:45 a las 16:15.
Sin ninguna demora, a las 16:15 comienza su tiempo de trabajo hasta las 17:45 o 18:00 horas.
Volvemos a dar un tiempo de descanso hasta las 18:05 o hasta las 18:20.
Cuando termina el descanso volvemos a trabajar durante una hora y media o dos horas más, en función de la edad y características del niño/a.»

Es necesario explicarle al niño/a como vamos a trabajar a partir de ahora, que comprenda que tendrá sus obligaciones pero también sus derechos, que cumplamos formalmente con lo que le hayamos propuesto, si ven que nosotros no cumplimos ellos tampoco lo harán, que el día que salga beneficiado se lo hagamos ver, y comprenda que haciendo las cosas bien ellos salen ganando.
Es recomendable tener un cronómetro o reloj en el que el niño/a pueda ver los tiempos y para que estos se cumplan sin ningún error, debate ni duda.

Esta rutina sólo se podrá modificar como premio, es decir, para premiar o reforzar su esfuerzo, para premiar el resultado de un examen en el que trabajó mucho o para premiar su comportamiento referido a los deberes.

 

EL LUGAR O ESPACIO DE TRABAJO

*   Para lograr una rutina de trabajo es importante que el niño/a siempre realice los deberes en el mismo lugar, preferiblemente en su habitación o en una habitación silenciosa, en la que no haya otras personas realizando ninguna otra actividad y donde tenga la menor distracción posible.

*    Hay que eliminar todos los estímulos distractores que pueda haber en el lugar de trabajo. Por ejemplo, evitar que haya cosas en la mesa que no sean necesarias para la realización de la tarea o intentar que no se escuchen ruidos.

*    Es recomendable que la mesa de estudio esté frente a la pared. Además, sería beneficioso que delante coloquemos un tablón de corcho donde colguemos exclusivamente contenidos que esté aprendiendo en ese momento y que sirvan del consulta; (tablas de multiplicar, vocabulario del tema, esquemas, reglas de ortografía, tabla de ortografía frecuente, verbos….).

*    Es fundamental, que se eviten espacios como el salón o la cocina porque, además de ser lugares que no se pueden asociar al estudio, en ellos existen numerosos estímulos distractores que impedirán la concentración del niño/a en su tarea.

*    También es necesario que haya buena luz en la habitación y que el niño/a no se haga sombra a si mismo, por lo que una buena opción sería colocar un flexo en la propia mesa de estudio.

*    Antes de comenzar la sesión de trabajo tenemos que llevar a la habitación de estudio todo lo que nos hará falta y preparar cualquier cosa que vayamos a necesitar durante el tiempo de trabajo para no tener que levantarnos ni salir de la habitación durante ese tiempo. Por ejemplo: preparar una botella de agua, tijeras, pegamento, reglas o cualquier material que hiciese falta, todos los libros y cuadernos que vayamos a utilizar, etc.

 

EL REFUERZO

Para logar que estas rutinas se cumplan sin discordias tenemos que controlar conscientemente el tipo de refuerzo que le damos a nuestro hijo/a. Hay que ser constantes y evitar que haya disparidad de opiniones entre los adultos que ayudan al niño/a a esta tarea, que normalmente son los padres u otros familiares.
En caso de no estar de acuerdo en algo, hay que tratarlo fuera de la presencia del niño/a y, una vez tomada una decisión, transmitírsela al niño/a conjuntamente. Es muy importante que el niño/a reciba instrucciones sensatas para que tenga claro lo que tiene que hacer y para evitar que utilice la falta de coordinación en su beneficio.

El refuerzo positivo es un factor esencial en la motivación del niño/a a la hora de mantener su esfuerzo, por lo que tenemos que utilizarlo de manera sensata y consciente.

A continuación proponemos varias actividades y técnicas para trabajar el refuerzo positivo a la hora de realizar los deberes escolares, aunque cada padre, madre o tutor/a, deberá adaptar el tipo de refuerzo a la personalidad y características de cada niño/a.

*   Cuando consideremos que el niño/a ha cumplido con sus obligaciones sin demasiadas quejas o que ha habido una mejoría en su conducta, tenemos que dejarle claro que estamos muy contentos y orgullosos de él/ella. La persona que le ha ayudado a realizar las tareas tiene que comentárselo a el otro/s adultos a los que el niño les tenga aprecio.
Por ejemplo: si ha realizado los deberes con el padre, cuando llegue la madre este deberá decirle: «Sabes que hoy estoy muy contento. Porque Ana ha hecho todos sus deberes sin quejarse, se ha esforzado mucho y ha aprendido muchas cosas, por eso se merece un gran beso….»
El día que haya que reforzar cualquier pequeña evolución es conveniente que el niño/a reciba atención, cariño y refuerzo verbal, pero el día que no haya hecho las cosas como esperábamos no tiene que recibir ningún tipo de atención, es preferible que no comentemos nada a la otra persona y que el niño/a note que no ha hecho las cosas bien y por eso no tiene la atención de los adultos.
Es muy importante que no le prestemos atención para regañarle porque ahí niños que necesitan llamar la atención y para ellos su objetivo está conseguido, tanto si la llaman por algo bueno como si es por algo negativo, por ello no podemos fomentar esta conducta.

*   Tenemos que valorar cada pequeña evolución, aumentando nuestro nivel de exigencias progresivamente pero partiendo de unas exigencias básicas. Cada pequeño esfuerzo que observemos debe ser compensado con refuerzo verbal y afectivo. Es muy importante aumentar la autoestima del niño/a y demostrarle que es capaz de aprender muchas cosas.

*   Si realiza los deberes durante toda la semana, sin que aparezcan conflictos, es conveniente que durante el fin de semana realicemos con el niño/a una actividad que le sea placentera.
Le explicaremos de manera sencilla que su comportamiento ha hecho que estemos muy contentos con él/ella y, por ello,  ese día puede elegir la actividad que vamos a realizar. Intentaremos enfocar las actividades a juegos, paseos, salidas, etc…
Son muy positivas las actividades que refuerzan la curiosidad o el aprendizaje por cosas que a ellos les llaman la atención y actividades en las que el niño/a pueda demostrar sus mejores habilidades.

*   En algunas ocasiones podemos acompañar el refuerzo verbal y afectivo con refuerzo material para la consecución de objetivos.
Por ejemplo: podemos comprarle una hucha de ahorro y cada semana valorar de 1 a 100 los puntos que ha conseguido por su comportamiento y trabajo. Los puntos los canjearíamos por céntimos para su hucha, a la cual le podemos poner un objetivo.

*    Podemos utilizar la cartulina del aprendizaje en la que vayamos escribiendo todo lo que el niño/a aprenda. Por ejemplo, si ha aprendido ha hacer las divisiones o a diferenciar entre agudas, llanas y esdrújulas o los tipos de animales que existen, lo anotaríamos en nuestra cartulina de aprendizaje.
Esto nos sirve para mostrarle todas las cosas que va aprendiendo con el fin de motivarle a completar la cartulina. Podemos hacer tres apartados, Matemáticas, Conocimiento del Medio y Lengua y observar la carrera de las asignaturas, es decir, plantearnos, por ejemplo, cuál va ganando.

*    Es imprescindible darle muchos ánimos y ayudarle a superar los obstáculos, para lo cual es necesario comprender su problema, como procesa la información, que impedimentos tiene para aprender y cómo se siente cuando es consciente de sus limitaciones.
El niño/a tiene que saber que somos sus aliados, no sus enemigos y que le vamos a ayudar en todo.

*   En ocasiones les motiva mucho que hagamos las mismas cosas que ellos, por ejemplo si tienen varias actividades de cálculo, las hacemos con ellos e intentamos que las terminen antes que nosotros, lo cual tenemos que alabar, luego comparamos los resultados y podemos dar refuerzo verbal como por ejemplo chocar la mano y decir ¡Buen trabajo!.

* El uso de un cronómetro puede ser muy conveniente para no perder tiempo, por ejemplo le decimos al niño/a, vas a tener 5 minutos para realizar esta actividad, ¿crees que podrás conseguirlo?. Tenemos que plantearles retos que puedan superar y poco a poco aumentar la exigencia, hay niños/as a los que les motiva el intentar superar un reto.

Al principio puede que cueste asimilar y aceptar la rutina de trabajo pero una vez interiorizada evitará conflictos, perdidas de tiempo y conductas desafiantes o rebeldes.